Cocina en U: ¿cómo y cuándo elegirla?

1. La cocina e forma de U es ideal si quiere moverse por la cocina «con los ojos cerrados»

Una cocina en forma de U o en delta es la solución perfecta si desea un espacio de trabajo regido por la facilidad y la funcionalidad de los movimientos.
Se distribuye en tres lados, normalmente dos paredes de longitud similar y una «pared puente» más corta situada entre ambas, y permite dislocar tácticamente las distintas zonas de la cocina.
Si las zonas de la cocina están demasiado separadas o mal organizadas, corremos el riesgo de ir del fregadero al frigorífico, del horno a la placa de cocción y a la alacena como pollo sin cabeza, con la consiguiente pérdida de tiempo y esfuerzo. Las cocinas en forma de U eliminan completamente este problema.

2. La cocina en forma de U es ideal si dispone de espacios amplios

Una cocina en forma de U es de gran versatilidad, pero necesita unas dimensiones adecuadas, es decir, una anchura que permita el paso fácil y la cómoda apertura de puertas y cajones a ambos lados.
En concreto, esto significa que debe quedar un espacio de al menos 160 centímetros (preferiblemente 200) en el centro de la composición, es decir, entre las dos paredes frontales.
Esto no significa que la sala deba estructurarse específicamente para esta composición: al ser una variante de la cocina esquinada, la cocina en delta es tan versátil que también puede diseñarse en espacios abiertos desde una esquina.

3. La cocina en forma de U es ideal  si le gusta la idea de una cocina estructurada por «zonas»

¿Ha pensado alguna vez en la configuración de su «triángulo de trabajo»? Una cocina en herradura lo hace visible y operativo al situar las tres funciones de la cocina en tres lados distintos: la zona de cocción, la de despensa y la de fregado. Otra solución consiste en complementar uno de los lados con un mostrador que haga las veces de mesa, quizás jugando con una altura inferior a la de los otros tableros.